Horas antes de recibir mi diploma egresado del colegio San Luis Maristas tenía los ojos mojados, la respiración agitada y un hondo vacío por los años de irresponsabilidad que acababan con mi nombre escrito en un cartón de 40x30.
La pregunta surgió de inmediato ¿Ahora qué?. Mi futuro ya no estaba tan lejano, en el horizonte, como se veía sentado despreocupado y uniformado en mi carpeta en el 5°A. Eso era pasado y mi futuro estaba cada vez más presente, tan presente que la caprichosa línea que divide el pasado, el presente y el futuro se mezclaba en una amalgama del tiempo devorada por el agujero negro de mi incertidumbre.
En aquel momento no sabía muy bien que hacer con mi vida estaba libre. Con lo que no contaba es que había desaprobado el curso de Física, lo que no me sorprendió y más bien me alivio pues aun estaba atado al colegio, aun era un niño dependiente de algo, mi temor a la independencia a estar a la deriva en búsqueda de una ruta que seguir estaba solucionado. Aún era un escolar.
Entré a la PUCP en julio del 2007, sin muchas complicaciones, decidido a estudiar Gestión y Alta dirección, ser un jefe de saco y corbata, un hombre de negocios, percudido y estirado, un esclavo del lucro del dinero y sus vicios. Poco a poco las matemáticas me volvieron a dar un golpe que me hizo tambalear, pero que no me knockeó. Estudié sociología. Me encantaron los temas, me encantó el espíritu altruista, romántico e idealista, un filántropo que decide estudiar al resto, dedicando su vida a la comprensión de un entorno que muchas veces no te paga con la gratitud y los honores que ambiciono. El poder me encanta, estudié Ciencia Política. Asqueado por la clase política peruana, hastiado por los obsesivos de la intelectualidad, los amantes del saber (lo siento Sócrates, hice lo que pude), me di cuenta que la Política y yo, simplemente no somos compatibles, no podría dedicar mi vida a estudiar a personajes como Choledo, Miro Ruiz, o Alan García, mi dignidad es más grande que mi rigurosidad intelectual (?). Me dedicaré al rocanrol.
